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Bañada por las aguas del Mediterráneo y con un clima cálido ideal para disfrutar de sus maravillosas playas, Alicante es rica en monumentos, museos y, además, cuenta con una isla de ensueño justo enfrente de la ciudad: la isla de Tabarca. Accesible también desde Santa Pola o Benidorm, la isla es un paraíso de aguas cristalinas y alberga un pintoresco puerto marinero. Su núcleo urbano está rodeado por unas hermosas murallas del siglo XVIII construidas por Carlos III. Para rematar la visita, no olvides tomar un buen caldero, el plato típico de la isla.
De vuelta a Alicante, queda mucho por hacer, como por ejemplo, subir al Castillo de Santa Bárbara. Ubicado en la cumbre del monte Benacantil, a 166 metros de altitud, es una de las más grandes fortalezas medievales de España y desde ella se divisa a la perfección la bahía de Alicante. Si lo tuyo no son las alturas, entonces puedes dar una vuelta por el Paseo de la Explanada, el agradable paseo marítimo de la ciudad, y disfrutar de sus hermosas vistas, o visitar el centro cultural Las Cigarreras, la antigua fábrica de tabaco reconvertida en un espacio artístico y cultural de primer orden.
Con todos estos alicientes resulta difícil resistirse a coger uno de nuestros vuelos a Alicante — pero por si acaso te damos otro: del 20 al 24 de junio la ciudad celebra su festividad más importante, las Hogueras de San Juan, que llenan el municipio de pasacalles, cabalgatas, ofrendas, conciertos y campeonatos deportivos. Aunque las verdaderas protagonistas son las hogueras, esas que hay que saltar pidiendo un deseo. ¿Cuál? ¡Volver a Alicante, por supuesto!
